Martes de nostalgia

Un martes sobrevivido en nostalgia.

Con la esperanza —nacida del verso—,
colándose en el espacio extendido
entre los sueños y mis alas.

Con el dolor latente del cuerpo
doblegándome las voluntades
y tiñendo de agotamiento mis plegarias.

Con el suspiro de un nombre
—resurgido en mis labios—
haciendo el amor al viento, con ansia.

Con el corazón blanco,
que no deja de querer nunca,
atravesado por una derrota amarga.

Pero aun con todo el peso
de dolores, desencantos y añoranzas,
la vida, susurrando, me dice:
«Sonríe, ellas florecieron hoy.
No han cesado de bailar las horas,
esperando alegres tu retorno a casa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *